Hoy te acuestas en las montañas.
Oro es tu cara,
y doradas son tus aguas.
Las gaviotas te piden chillando
que no abandones la calma,
y que si te marchas calmada,
como siempre vuelvas mañana.
Me gusta verte jugar
con el mar de esta hermosa tierra,
la cual te sonríe
con la blancura de sus arenas.
Tienes la esperanza
de un bosque bien guardado,
y unos pinos enamorados
lloran tus alabanzas.
Tienes enamorada mi mano,
que se deshace pausada,
y también a su propietario
mientras dibuja estas palabras.
Contigo, el canto de la mañana.
La luz de la mar salada.
La estrella más venerada.
Contigo, el piar de las aves bailan.
La luz de las flores aguardan.
La estrella más venerada.
Contigo, cuando te vas a la cama,
mi mano dibuja alocada
la más hermosa de tus estampas.
Contigo quisiera vivir,
pues de ti mi alma está enamorada.
Compartir conmigo,
por un momento,
esa eternidad que vives en calma.