Como la dura espada fui lentamente forjado,
con calor fundente y cortante frió.
A pesar de su elegancia, dureza y poderío,
esclavo es, en el seno del despiadado.
Cruel es, en la mano de los perversos,
su presencia es la arrogancia, él impío será,
no es lo que parece en calma, en acción es verás,
pero lejos hoy esa mano, que escribe versos.
En total albedrío es abandonado a su suerte,
espera revertir perentoriamente y llegar al concierto,
en donde asegura demostrar aun su acierto.
Solo escribe su memoria ante la muerte,
que ronda como fantasma en cada esquina,
ser como sus poemas sin carencia es lo que atina.