Soy como la hoja seca
que en un tiempo fue belleza,
adornaba con sus frutos
los mil senderos que cubriendo
al árbol, protegiendo al vergel
de su dulce encanto,
cual desnudo queda este,
año con año.
Ardillas y aves alberga,
solemne y grandioso
coloso de madera,
mas llegado el invierno,
sus ramas desnudas,
en vergüenza quedan.
Una a una va cayendo
adornando así el pasto yermo,
haciendo una alfombra persa,
con todas las hojas secas.
El fruto de su encanto
muere, y es la triste
sinfonía la que tocando
llega.
Cuando el viento
sus recuerdos deja,
la cáscara marchita olvidada
queda.
Y es ese gran tronco
estéril y triste…
hace del paisaje,
inspiración para el poeta.
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.