Cuando un hombre ama a una mujer...
desespera, contiene, se juega y transpira,
valora el tiempo, transita nomeolvides
se presume de sabio y casi todo lo mira....
ama lo profundo, hasta aquello que no le piden.
Enjuaga su alma con el alma de su princesa
llevando en su cuello la sombra de un aliento,
en su cuerpo la osadía, la paz y la entereza
en el de ella, el huracán que mantiene sus vientos.
Cuando un hombre ama a una mujer...
sabe lo que quiere y lo que no, lo desecha,
mantiene el orgullo, profundo y henchido,
cela, cuida, protege y no se deja
amilanar por piedras que ponen en su camino,
vierte sus jardines en los parques exhultantes
de su amada cuando, la pasión los invoca,
es tan leal en una vida o en un instante,
muere por un beso que le absorva su boca,
y cuando la etérea razón lo llame sigiloso
a una alcoba con su amante en cada noche,
sentirá el sorbo de una estrella y en sus ojos
el fino resplandor que se muere en un derroche.
"..R.N..."