Tu sonrisa,
tu voz,
tus gestos,
tus suspiros,
tus miradas,
tus nervios,
tus besos...
detalles que guardo
en el alma.
Tus letras,
tus versos,
los acordes de tu guitarra,
tu canción desesperada,
tus secretos,
la arena que arrancó
tiernos suspiros
de tus labios queridos...
detalles que ahora son
solo míos.
Si pudiéramos vivir
dos veces la misma vida
sería ideal,
o tal vez una tragedia
sin igual.
No haberte detenido aquella noche
hoy se convirtió en un reproche...
Recuerdo cada escena
como si fue ayer,
tus ojos fijos,
los míos simulando serenidad
infructuosamente,
mi corazón
y mi razón
pidiendo a gritos un
Detente!!!
Piensa!!!...
pero la cobardía
te abrió la puerta.
Son detalles
que por siempre
quedarán en mi inconciente.