Niño mar, eres insaciable de juegos.
Viejo mar, eres insaciable de llantos.
Mar, eres cielo, relámpago charco, sangre y fuego.
Hoy ¡oh mar! dejaste a la suave
orilla tu fuerza, tu gallardía,
tu belleza y tu dolor,
porque hoy eres tan solo color,
color que vive con alma, corazón, sabiduría y pensamientos.
Y el cristal de tus aguas son los ojos,
que ven ,como el mundo ciego se inclina antes nuevos dioses, que van a la conquista de fama y pleitesía, derrochando el pan de cada día de sus gente ,necesitados de trabajo y mejoría.
¡Oh mar! tú sabiduria es grande, antes o después las impaciencias de tus aguas, te harán cambiar el color, y el mundo podra ver ,como es grande el error ,de cambiar pleitesía por sabiduría.