La mecedora

Mecedora
Por tu asiento
pasaron tus sueños
y también los míos,
Mecimos tus niños
y también al mió...
y a las niñas de nuestra sangre.
Meciste a nuestros padres y abuelos...
Ocupas un lugar en esta galería...
y tu sombra encierra toda la ternura;
que tus hamacas mecieron
con orgullo y pleitesía.
Eres un mueble, pero te siento con vida
pues si pudieras contarías
tus andanzas tiernas,
tus abrigos infinitos
de murallas, de arrullos,
de canciones de cuna y sentires,
de amores oídos...
Por tu cuerpo de madera
y tu asiento de esterillas...
¡Belleza infinita que continúas dando calor
a los que en ti se posan todavía,
invitando ha mecerse cada día!... Mecha Foderé