Yo no te busco; pero te sueño mariposa,
arrastras mi ilusión en tus alas diáfanas,
deseo orarte cuando en mi mano te posas
quiero ocultarte de todas obras mundanas.
Eres un sol con luz propia, mi radiante diosa.
No sé de verso, pero te dedico ésta soflama,
quisiera halagarte, pero soy de poca dicción.
Me angustio y la lágrima se me derrama,
no somos iguales, tú tienes la perfección,
al estar en mi día deseo saber si me amas.
Tantas veces ante ti me siento cual mendigo,
insto: ¿por qué Dios no te hizo a mi medida?
Tú eres buena, no me reprochas por lo que digo,
dependo tanto de ti y también de lo decidas.
Mariposa del ensueño; quiero tenerte conmigo.
Hace ya tiempo que tu vida yo consagro,
si eres mi alma gemela, cúrame mis males,
tu amor en mi corazón sería como un milagro.
Pienso que tu amor no es digno de mortales,
pero yo te esperaré en el cielo, por si logro.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!