Cuenta un cuento.
Que en las noches de verano,
el mar embravece junto al mismo cielo,
celebrando un amor puro y verdadero.
Una dama de rostro verdaderamente bello,
y zurcidora de redes de pequeños pesqueros,
esculpió una mirada al más encantador marinero,.
Con una bella rosa, sellaron un beso eterno,
renaciendo cada día, dándole gracias al cielo.
Este les sonreía y les regalaba un mar sereno,
hasta que un día despidíendose en su velero,
cómo cada amanecer, le ofreció un adiós etéreo,
no volviéndo a verle regresar, con su navio lleno
El mar enfurecido,discutía con fuerza y estruendo
con su pequeño amigo, el cielo grande e inmenso.
Ella apretó sus puños, con la arena entre ellos,
arrojó una rosa con sangre en sus pétalos,
y con lágrimas susurró, la palabra te quiero.
Milagrosamente,un rayo de sol iluminó su sendero
el mar arrepentido, abrió sus aguas con despecho
mientras ahí yacia en pié, sonriendo, su marinero
Caminando, se unió a sus brazos al vuelo,
cerrándose de nuevolas aguas,cubriéndose el cielo
Unidos para siempre, en un amor puro y eterno..
y cada vez que mar y cielo, embravecen de nuevo,
és para recordar que en algun lugar no muy lejos,
siempre hay, y habrá, un verdadero te quiero.