Buena despedida

Deja tu arrogancia y prepotencia

ahora que me he dado por vencida,

que se engrandeció mi inteligencia

y que ya la paz en mi anida.

Deja de ser fatuo, sin presencia;

de ser un estúpido suicida.

Ya no siento por tu amor vehemencia

y te quiero fuera de mi vida.

Vete con tu cara de inocencia

a formar con otra tu guarida,

que se ha socavado mi paciencia

y seré felíz con tu partida.

Vete por tu rumbo sin la esencia;

de esta que una vez fue mal querida,

la que tiene toda la sapiencia

para hacerte buena despedida.