Me quedó muy corto ese beso primero que te dí,
minúsculo, breve como un suspiro se esfumó
a pesar de la grandeza que es libar tus labios carmesí;
me quedaron cortos los brazos para entera abrazarte,
a pesar de tan fina tu figura cual diamante;
parvo aquella tarde el tiempo contigo se me hizo,
me faltó tiempo para acariciar tus labios con los mios,
para acariciar tu fino cabello liso,
para de tus ojos color castaño seguir admirando el brillo.
Me faltó tiempo aquella tarde para tantas cosas,
como para adornar el camino hacia tu casa de castizas rosas,
para mis oidos seguir deleitando con tu voz que es puro canto,
le faltó tiempo a mi piel para seguir disfrutando de tus manos el encanto.
Me quedó corto para tantas cosas el tiempo aquella tarde,
más tiempo suficiente para tu figura en mi mente grabar tuve,
para impregnar tu sabor en mí tuve tiempo generoso,
lo tuve también para grabar en mi tu voz y tu caminar concentuoso.
Y hoy que el tiempo se me hace grande sin tí
me sobra tiempo para para imaginar nuestro reencuentro,
para imaginarlo juntos como aquella tarde;
también para seguir pegado mirando tus fotos
y soñar con tus labios rojos,
y me sobra tiempo para imaginar que en nuestro reencuentro seremos dichosos
y que tendremos una vida para disfrutar tú y yo juntos.