Hoy que con el mero sentimiento, miro
a mi alrededor tan fuerte espesura,
y recuerdo tan alegre y suspiro
a paisajes tan llenos de hermosura.
Y al deliquio de mi Edén y la ternura
el limo de mi pecho empedernido,
con tenuidad de amor, mi bien dulzura
se desviste sobre el campo renacido.
¡OH Naturaleza!, que me elevas, que me besas
como blancas rosas de primavera,
como precepto del alma verdadera
te tiñes de beldad después regresas.
Pero juzgas a mis ganas, que promesa,
dicen también haberte odiado...
y juras, ¡OH Señora Naturaleza!...
y dices sin la boca y me confiesa
que de haberte escrito también te he amado
y que de esto, crees, ya te he olvidado.
Pero sucumbes en sufragio de mi estado
y de nuevo la osadía de tu belleza
en este escrito, ¡OH Señora Naturaleza!...
me veo sobre usted... justamente Retratado.
EstertoR de AmoR
Agosto del 2006