Tras la sombra de lo que fué,
percibo hoy, la apariencia de lo que pudo ser.
Lo que anhelamos, lo que soñamos.
Lo que juntos recorrimos por camínos largos
y nos dejan ahora, sabor amargo.
Prometimos volar alto, en cuestiones de segundos.
Llegar a la cima y allí todo conquistar.
Y ahora, al recordar, no se siquiera donde poderte encontrar.
¿Donde te escondes piel mía?
que no te he sentido todavía.
¿Donde te escondes piel mía?
que no te percibo a mi lado, en ningún momento del día.
Necesito tenerte amor, no sólo en mi mente,
te necesito rosando tu cuerpo y el mío eternamente.
Si acaso me escuchas y te sientes conmovido,
no olvides muy adentro, lo que hemos vivido.
Y si quisieras volver a vivir el ayer,
yo aquí estoy, pero debes saber,
que lo sublime es sublime y se puede perder,
si no se conserva como debe ser,
como se riega un rosal, que va a florecer.