A pesar del invierno,
mi corazón palpita con el amor,
amor a la vida,
a tu mirada,
a tu sonrisa.
A sentir tu sueño,
cuándo dormimos con la luna,
entre sábanas de estrellas,
acariciando tu mar,
entre los brazos de un lucero.
Nos besamos en tibios silencios,
despertamos borrachos de luz,
abrazados a la transparencia de nuestro cuerpo,
donde la memoria es un espejo de fuego.
En algún instante,
sentimos el paraiso,
presente inmenso,
que se esfuma en pasado,
mientras saboreo la dulzura de tus piernas,
el eterno bosque de tus besos,
y sentimos el camino,
que nos lleva al cielo.
A pesar del invierno,
siempre nos quedan los versos,
y la maravillosa pasión,
de abrazar tu cuerpo.
Al cabo de los años he observado, que la belleza, como la felicidad, es frecuente. No pasa un dia en que no estemos un instante en el paraiso (Jorge Luis Borges).