Tu eres mi niño mimado,
con mi garras te sedusco,
y te llevo a mis lugares secretos,
allí donde nadie nos ve,
solo tu y yo,
nos amamos,
nos deseamos,
y en el medio del rincón formamos una hoguera,
con tu cuerpo y el mío,
el fuego de tu pasión,
lo enciende todos los días,
por lo tanto diré al mundo que te amo,
que se acabe la melancolía,
y la esclavitud de esta tierra,
gritaré que somos libres,
de amarte más todavía,
y para siempre,
en un altar de fuego permanecerás,
como llama ardiente,
como boca de fuego,
me seduciras,
hasta convertirme en cenizas,
permanecerás...
LUNAFRIA