Nada, Señor, te pido
Aunque tanto deseo
Y tanto necesito.
No todos mis Deseos
Son siempre buenos.
Y por eso a pedírtelos todos,
Nunca me atrevo.
Que me los niegues o me los concedas,
Decisión Tuya es.
Y en Tus Manos la dejo.
Y lo que Tú decidas
Yo aceptaré.
Que Tu Voluntad se haga,
Señor, y no la mía.
Pero, Señor, si haces
Que mis Deseos vea yo cumplidos,
Cuántas gracias tendré, Señor, que darte
Por darme lo que sólo he deseado
Y a pedírtelo nunca me he atrevido.
Una vez más, Señor, una vez más
En Tu Divino Amor te has excedido.
¿Cómo, Señor, te lo podré pagar
Si todo cuanto tengo
De Ti lo he recibido
Y lo tengo, por tanto,
Por más Tuyo que mío?.