En oda pasional voy nombrándole,
quiero escribirle cual poema
sin alusión, diré tal como es,
sé que cantarle valdrá la pena
será casi una prosa hecha canción
desplegaré sus bellezas como estar hablándole.
La elogiarías más que a otras mujeres,
obviamente sin desmerecer a ningunas
en ésta obra, hoy es buena la ocasión.
Es el momento de píntale su gran faceta;
es de apariencia valiente
y de mucha decisión,
muy femenina también muy esbelta,
que entre otras estrellas, es mi total adoración.
Estando en el balcón no es la misma,
pero con ojos fijos sigue dominando la escena,
cual dama ejemplar luce su sutil carisma.
El dialogo personal con ella es siempre amena
su personalidad es leal e indeleble
que desde tiempo deseo ensalzar,
para la conozcan un poco más, a ella accedí.
Su candidez al más noble puede doblegar.
En sociedad luce candorosa,
su integridad didáctica le hace deseable,
más aun ya siendo como mujer,
en todo sentido la veo hermosa.
Sus cualidades formales desde ante presentí,
razón que titubeo al pensar si la puedo merecer,
Mi ramo de flores con ternura recibió
su mano delicada hoy pude besar,
y en sus ojos un cielo hermoso se abrió,
ahora sigo viendo en cada despertar.
Autor: Alcibíades Noceda Medina