Buscando tras esas dunas,
esas que son de acero,
buscando tras mil barrotes,
encontré a mi prisionero.
Fácil fue reconocerle,
por su mirada armada,
tras un leve forcejeo,
las manos le tuve atadas.
Su mirada penetrante,
hasta el alma me llegó,
y esos labios tan hermosos,
una sonrisa a mi rostro agregó.
Le cubrí la triste cara,
con una de mis capuchas,
le observe las manos,
ambas las tenía de luchas.
Cuando tuve que conversar,
no me costó enfado
hasta que tuve que decirle,
que lo querían asesinado.
Tras decirle estas palabras,
su rostro volví a tapar,
pues no quería que me viera
mi prisionero llorar.
Caminos empedrados
amenamente recorrimos
y grandes carcajadas
el y yo compartimos.
Paramos para algo descansar,
el sol ya se ponía en el horizonte,
olimos todas las flores,
tumbados en aquellos montes.
Entonces entre susurros,
destinados a las estrellas,
se dirigió timidamente a mi,
me dijo palabras bellas...
Tras meditar unos segundos,
miré a mi prisionero,
casi con la mirada le hablé,
"Hace días que te quiero"
Sin pensarmelo dos veces,
como una chiquilla insegura,
le solte de las cadenas,
sin mostrar duda alguna.
La luna llena brillaba,
el anochecer se hizo corto,
entre besos y caricias,
el alba llego pronto.
Al querer despertar,
gran fue mi sorpresa,
todo estaba oscuro,
llevaba la capucha puesta.
Al quitarme la capucha,
las piernas llevaba atadas,
ambas manos muy rojizas,
las muñecas encadenadas.
Pensé durante horas,
"el capitan me encontraría,
me pediría explicaciones,
el mismo me fusilaría".
Caí a un arroyo como pude,
rodé por las montañas,
no pude esconderme,
tras todo tipo de mañas.
Sola y triste a la intemperie,
algo vital me faltaba,
tras pasar días y horas,
yo a mi prisionero amaba.
Sobreviví como pude,
el amor lo pudo todo,
vi a alguien acercarse,
grite de algun modo.
Observé que a mi venía,
se trataba de mi prisionero,
lo tomé como mi guerrero.
Talfue mi gran alegría,
al ver a mi buen guerrero,
que rápido me convencí
a nombrarlo mi caballero.
Me soltó de las cadenas,
mi valiente caballero
y tras darme un abrazo,
me expreso un bello "te quiero".
Me explicó lo sucedido,
para salvarme la vida,
días me tuvo así,
ninguna otra salida.
Miles de metros andamos,
con mucha dificultad,
para cruzar la frontera
y alcanzar la libertad...