En tus labios quedó el beso de la victoria,
en los míos está quemando el del adiós,
el de tus labios es nuestra dulce historia,
el mío es como pecado que quebranto a Dios.
Tus ojos vieron nuestros bellos momentos,
los verdes de los míos solo vio esperanza,
al no cumplirse, en ellos se reflejan tormentos.
Sumirse en amargo llanto ya no alcanza.
Me quedo con tu semblanza risueña,
borro la de la despedida, pues me enferma
en el recuerdo y me consume con cruel saña.
El desabrido beso del adiós ya no conforma.
La gotera del tiempo trazó mapa en mi rostro
para intimidarme muestra en el espejo,
tranquilamente se interpuso entres nosotros,
la triste realidad ahora es el fiel reflejo.
Esto sucede, pues ya estoy lleno de años.
¡Mentira! la experiencia no es suficiente
la realidad está latente sin engaño
cuando pasa muchas aguas debajo del puente
¡Fui feliz…! y si ahora no soy que importa,
el primer beso de la victoria es de los dos
recordarlo con amor y felicidad, reconforta,
si en ese entonces, estábamos enamorados.
Autor: Alcibíades Noceda medina