Definir sexo de la poesía

¿Y es qué acaso la poesía o el sentir tienen un sexo definido?
¿Acaso mis hormonas femeninas determinan y firman mis escritos?
¿O es qué acaso el Dios de la palabra es un misógino ególatra?
Yo sólo escribo para sacarme el virus delicioso
que contraje quién sabe dónde o cuándo
No me importa si mis palabras son muy masculinas
o a veces tienen sombras de rímel o lápiz labial.
No rechazo nada ni nadie, sólo a mi misma cuando en un autobús
o en la ducha me viene un poema y no puedo plasmarlo.
Quiero una vida hecha de frases que hagan
casa de poemas y edificios de cuentos,
sin que importe si el arquitecto use faldas o tenga barba.
Yo sólo quiero un mundo de nostalgias y palabras,
ya sea que le escriba al beisbol o a una rosa marchita.
Sólo quiero ser Yo misma, a veces hombre, a veces mujer,
especie de ente informe cuyo único sexo es… la poesía. María Ysabel Camacaro