EL RÍO
Entre las montañas baja el río
el fértil valle su riego agradece
y abrazando su bravura decrece,
su torrente caudaloso y bravío.
Entre juncos y cañas pierde brío,
en la verde alameda se oscurece
y sus sombras lo cubren y adormece,
recibiendo caricias de rocío.
Por tierras de solanas y de umbrías
sus agua bañan huertas asoladas.
que agradece el sufrido campesino.
Serpenteando por vastas geografías,
sus lenguas, de cuchillos y de espadas,
va, a morir, en el mar de su destino.
Carmen Pacheco Sánchez 2-9-2009