Y es que ella tiene el verano en su cuerpo,
la primavera asomando en su pecho
y en su cintura el camino mas corto
que me conduce a estar siempre contento.
Premiada sus caderas con cadencia,
y su rostro habitado de inocencia,
tiene ella en sus ojos viviendo un panal
y miedo de enamorarse una vez mas.
Tiene delicada y fina figura,
la sonrisa enmarcada de frescura;
de sus palabras develo el encanto,
cuando en mi alma, -como hojas de otoño-
caen de pronto convirtiendose en canto.
Lealtad por no callarse nada tiene
y con la verdad palabra empeñada
aunque a veces la llamen complicada;
yo no se porque motivo ella tiene,
como dia de invierno, las manos frias
que si a calentarlas ella se viene,
con sumo gusto le ofrezco las mias.