Cuanto perdí el día en que creí ganar.
Que desatino, fue aprender a soñar.
Y mi mañana, una meta que no puedo alcanzar.
Hoy con una historia vacía y una eternidad para reflexionar.
Quitarte el corazón o morir con el, no dejar ser.
De mi agrietado corazón viejo y sangrante,
Quitarte las mieles que otras te pueden dar,
meterme en tus sueños, en tus ojos y ser yo quien los guíe,
Por el amor que te profeso,
OH! cuanto me arrepiento, de amarte tanto,
y ser tu verdugo, quien te da nada, solo amor
Amor, amor leal, sin mentiras, sin fingimientos,
Un amor casi muerto, que nada hace de maldad.
Ese día en que los sueños dejan de ser sueños,
para caer en la nada, recuerdo cuando la encontré,
el mismo día en que el mundo me dejo de escuchar,
O más bien nunca lo hizo, por eso mejor digo,
no te encontré sino te busque a ti mi dama,
Tu nombre me ardió, la primera vez que lo oí,
como una voz, que solo el alma, me estremeció,
Puede escuchar y sentir, así me susurrabas,
y suave me acariciabas diciendo, alma ven,
Deja de soñar, soy tu verdad, tu realidad,
Te buscaba con ansiedad,
Pero junto a ti ya no deseo estar, me dañas, me haces llorar,
Mi alma se nutre con tantas maravillas plumas.
Que escriben en este rincón de poesías.
Son poetas ocupan un espacio como yo, para vivir,
En paz, se sientan a la diestra de la naturaleza.
Que oscura es tu mente, si no puedes ver puedes sentir
Ya no volveré a ser el mismo de antes.
Déjame ser quien seca tus lágrimas.
Te invito a vivir este poema que yo cree espero
Que guste cuando pienso en ti, he dejado de vivir pero quiero
Seguir, ya que he callado, lo que he aguantado pero he dejado
Para que respondas el llamar tu dulce vos, deja
Que mi vos sea al abismo donde caía y que mis palabras
Sean la causa de mi muerte, en este abismo de mi boca