Alguien pensó que estaba sucio,
Que quizás tú lo habías manchado.
Hay quien quiso mirar lo de dentro
Pero él no se dejaba.
No eran más que marcas
Selladas a fuego,
Que ya no se quitan,
Que saben a fuego.
Y ese vaso sucio, rayado,
Esta como viejo
Susurrándome historias
Ahogadas en sangre.
Ahí está,
Disimula para no ser visto,
Para no ser despreciado,
Para tener su excusa.
El armario está lleno de vasos,
Todos de la misma camada
Pero desigualmente arañados.
Debe ser que los vasos más queridos,
Los más usados,
Son los que más riesgo tienen
De ser dañados.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!