Cuantas ilusiones se las llevo de la playa, el mar,
mientras en la vida yo conjugaba el verbo amar
en presente, ahora me queda solo la del pretérito
arrastrando historias vanas y mentiras sin merito.
Admiré otro cielo, viendo pasar mar de copas,
destellantes vino, que ansia de gritar me provoca.
Bebí ternuras en cáliz dorado, en albas atortola,
despacito miraba el cielo a ver si quien me controla.
En el puerto abandonado juega conmigo el viento,
me muestra la playa del olvido y triste me siento.
En la nube se transfigura la imagen de mi amada,
mi alma esta en la inmensidad bravía desconsolada.
En la fría espera se esta muriendo mi voluntad
se aferra en mi corazón rendido en mar de soledad.
En el mar de copa navega mi barca de esperanza,
atraca en agua de olvido, en tiniebla no descansa.
La luna del mar aparece, ella no me niega su brillo,
comparte conmigo el reflejo de sol, mi sol amarillo
dame tu calor, tu destello de luz conforta y da vida.
Amé es el tiempo que conjugué en cada despedida.
Autor: Alcibíades Noceda Medina