La poesía te expropia el espíritu y el alma,
Tiene tentáculos sobre los sueños,
Como alimenta los versos que olor tienen,
Arma de los poetas el verso, encadenan.
Los ánimos más fuertes, anatómicas penas.
Un carnívoro de ala veros, vuela,
sostiene su vuelo mas brilla alrededor de la vida.
Rayo de caridad crispado adolorido caído,
y hace en él un triste nido.
De edades tempranas,
blanco está, en los corazones.
Todo es luz delante de tus ojos,
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color, hallaba su encarnación primera.
Dentro de aquellos ojos, de frágiles reflejos.
Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivifica las cosas para la primavera.
Poder fue de unos ojos, que nunca han sido viejos.
Se los devoran ¿Sabes? no soy feliz. No hay goce,
como sentir aquella mirada infundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.
La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora,
penumbras como el paso rumor de la agonía.