Aún no entiendo como a pesar
de todo te extraño tanto.
Y he de confesar,
ante Dios que es un santo,
que te he intentado buscar
para aliviar mi quebranto.
Pero el orgullo me ha impedido llegar,
por lo que he volvido mis pasos.
¡Maldito orgullo asesino si verme llorar
no te vasta,arranca en pedazos
su amor y borra sus besos
que matan.Enséñame a olvidar
y arráncala de mi alma!
En efecto,quisiera olvidarte,
pero no puedo.
No sé hasta cuando he de amarte
y eso por Dios,me da miedo.
Veraz,por cada olvido
que intento,
un perpetuo latido
torna mi amor más inmenso.
Y eso no es lo que quiero.
Si he de amarte,lo espero
en estos momentos:
O te beso y te tengo;
o te olvido y te pierdo.
Santiago Tuxtla,Ver.,a 28 de mayo de 2003.
3:00 p.m. - 3:50 p.m.