Por fin, de mi flaqueza saco valor,
porque tu lealtad en mi persiste.
Cuando te sientas triste, mi amor,
recuerdas, de todo el amor que me diste.
De hoy en más soy el manto que te cubre
de la sombra triste de la noche,
y también de posibles males lúgubres,
ahí estaré, sin que nadie sospeche.
Cuando quiera agobiarte el silencio,
en ese momento mi amor te hablará,
si, te diré que estoy en tu espacio,
mi espíritu, al tuyo de fe inundará.
En soledad escucha a tu corazón,
está en plena armonía con el mío,
laten siempre juntos sin omisión,
esa unión es como un convenio.
Tu sabes que me tiene allí, mi cielo,
solo debe creer que estoy contigo
en tu días y noches de desvelos,
de eso nuestras almas son testigos.
Autor: Alcibiades Noceda Medina