Como enfadado viento, que moviendo la arena
levantándola hacia el cielo entres nubes se pierde, así pasan las horas perplejas, de la vida que se va, como el agua entres los dedos, en momentos inalcanzable, entres luces-sombras, entre movimiento
de la tierra y el aire, así pasa mi vida agarrada entres la rendija de la roca que cuelga al precipicio, y que abriendo su boca traga cada esencia y cada momento, y que aunque fermente en mi adentro, ya explotar no sabe, y siento la inmovilidad del alma y el sentimiento, como un tormento.