El cielo gira y va dejando huella.mientras reflexionamos, hablamos prometemos y somos únicos testigos de una parte de la historia que se extingue y nos convierten en espectadores de un proceso de transición, que no volverá a repetirse.
Todo apunta hacia el inicio de un cambio. Los paisajes, en su lenguaje propio, también nos hablan, a través de la lluvia, la niebla o el atardecer, que casi puede sentirse.
Los dias nos ofrecen maravillosos silencios otros un poco mas crudos. Espacios abiertos invitan a encontrar en cada uno, nuestros propios terrenos desolados. El cielo gira y va dejando una huella, marcada por el paso del tiempo. Y mientras a la espera de presenciar algo especial y perpetuo