Hace tiempo me encontrate
aterida de dolor
moribunda en una esquina
sin esperanza y sin amor
¡Sígueme torcata!, me pediste
y volando me escondí en Tu Cabellera
allí...¡donde nadie me viera!
y sanaste mis heridas
y curaste mi dolor y pusiste en mi vida
un nuevo corazón...
Y emprendí junto a Tí con alegría,
una travesía larga, larga, como las encinas
y escondida entre Tus trenzas
veía yo al mundo en sus tristezas
y mi corazón lloraba con ellas Tú me llenaste el pico
con Tus ramas de amor y alegría
por si alguien Tu balsamo sanador quería
y me enviabas volando a curar tanta herida y
a sanar el dolor que abunda en el mundo hoy día
Hasta que un día vieron mis ojos curiosos
a un ser que mucho sufría
¡Oh Dios! ¡Como palpitó mi corazón con su agonía!
¡era tanto su dolor, era tanta su desdicha!
que se estremeció con fuerza
¡esta bendita alma mia!
y nos acercamos los dos a sanar esas heridas...
Y mientras conocía de cerca
al que el amor de mi vida sería
expectante yo esperaba
Tu orden de salida y como no llegaba
¡de ansiedad yo moría!
Y su dolor infinito
acabó con la obediencia mia
y Tu torcata voló sin Tí
en pos del amor que ella quería...
Lloró y rió la paloma
junto a él, pero en la lejanía
porque Tú mi sabio Dios
¡otra cosa no permitías!....
Mas, cuando su herida sanó,
cuando recuperó la sonrisa,
voló a su nido de vuelta
mi amor, mi delirio, la ilusión de mi vida,
quedandome muy sola y con mis alas partidas...
Llena de dolor vuelvo a Tí
¡El dueño de mi vida!,
y ya no quiero estar en Tus Guedejas escondida,
tampoco en Tus manos quiero estar Doddima,
Para sanar este dolor y esta melancolía
en Tu corazón sangrante
quiero morar el resto de la vida mia
para que Tu dolor sane el mio y me devuelvas mi alegría
¡y no pueda yo ver nunca!
¡al que hirió de muerte el alma mia!
escrita con muchisimo dolor el 23/05/2006