Amamos en el otro,
la sombra de amor
que siempre nos persigue.
Escarchas de seda,
espumas de sueños,
sendas que ansiamos
como la sonrisa del beso.
Amamos en el otro,
nuestro propio ser reflejado,
que como un rayo de luna,
nos envuelve,
en perfumes de amor,
corazón, olvido,
como noches de verano,
ó tranquilas miradas de primavera,
y besos,
que se pierden entre remansos del rio,
besos que reencontramos,
como álamos dormidos.
Amamos en el otro,
el rumor de la vida,
la ilusión delirante,
del abrazo amante,
el beso donde se pierden las bocas,
como caricias de rocio,
abrazados a la música de la noche.
Crepúsculo de rosa,
mi amor,
que duermes sonriente en el ocaso,
envuélveme siempre en tu claridad,
en ese jardin silencioso
donde las hojas descansan,
en tu mirada de agua,
más allá del momento,
de la espuma azul,
ó de las nubes de tus sueños.