Por amor a ti
me he ido muriendo a migajas
a lo largo de la vida,
dejando pedazos de alma
en cada pena compartida,
en cada paso,
en cada noche,
en cada entrega
sin reservas, de mí mismo
a tu cariño,
a tu sed de mi presencia,
a tus detalles femeninos.
Por amor a ti
he ido dejando fragmentos
de mi propia juventud
en un camino de entrega
y silenciosos sacrificios,
en cada sueño de tu alma,
en cada vuelta del camino,
en cada esfuerzo denodado
por dar cuerpo a tu destino.
Por amor a ti
he hallado
el otro rostro de la vida
y se ha vuelto goce
mi herida,
cuando la sufro por ti.
Y es que, a tu lado,
todo adquiere otros colores
y un nuevo significado.
Por amor a ti
el dolor se ha vuelto dulce,
las esperas tolerables
y los propios sueños, gotas
perdidas en el torrente
de tus ansias,
de mi olvido.
El cansancio se ha hecho lucha
y la poca paciencia, mucha,
cuando retorno vencido
y en el calor de tus brazos
encuentro el más tierno nido.-