1.
Todo lo idealizas.
Y ¿qué consigues?.
Sólo ver que la Vida,
Para nuestra Desdicha
Te contradice.
Si un Consejo me pides;
Si no quieres sufrir más Desengaños,
Haz Tú lo que Yo hago
Y a Dios, y sólo a Dios, idealices.
Del Mundo y de su Gente
Pasa de largo,
Pues si en él te detienes
Lo pagarás muy caro.
Y puede que te pese
No hacerme caso.
¡Somos tan diferentes!.
Yo por Escarmentado
Y Tú por Inocente. 2.
Tú a todos les bendices,
Crees que todos son Buenos
Y muchos, te maldicen
Porque la Vida dura fue con Ellos
Y a ti cada mañana te sonríe.
Y para merecer tal Privilegio,
Se dicen y te dicen
Qué hiciste Tú
Que no lo hicieran Ellos.
Lo reconozco.
Nada más comprensible que te envidien.
Y de la Envidia al Odio
Sólo hay un paso.
Y ese paso es muy corto,
Por demasiado humano.
Acaso más humano
Que tú lo eres,
Pues lejos de juzgarlos
En su lugar te pones
Y les comprendes.
De donde se desprende
Que tienes más de Ángel que de Hombre.
Su conducta disculpas
Y de ser cómo son no les acusas,
Pues tienes, como Cristo,
Un Corazón tan grande
Que todos los amores de la Tierra
En tu Corazón caben.
Y no lo llenan.
Y eres tan Bueno,
Que imposible es que veas
Todo el Mal que Yo veo.
Yo le miro a la Tierra.
Tu miras sólo al Cielo.
Y por eso ves todo tan Bonito
Mientras lo veo Yo todo tan Feo.
Todo, todo lo Feo
Nos rodea y nos cerca,
Aunque tú lo sublimes
Y no lo veas,
Porque siempre y a todo
Lo idealices,
Porque siempre y en todo
A Cristo imites,
Y nunca a tu Bondad
Le pongas límites.
Amigo Bueno,
Porque en ti veo a Cristo,
Déjame que te envidie
Mientras te admiro
Y me desprecio.