Tengo que crearte,
de alguna forma sugestiva
con el honor de un cabalelro
y la fama de la otra vida,
y quizás, en goze, en definitiva,
en pausas manuscritas
que hasta ayer aún escribías,
supongo que hasta tarde
por temprano despertarías
al lado de mis cocientes
que por múltiplos sumarías,
como sumas de una álgebra
dispuesta día tras día,
con semanas tan abruptas
como abruptas melancolías,
que devienen sin misterio
en la profunda filosofía,
que filosofar es mi arte
como tu alma es tan mía
y yo tuyo en principio
de una excusa tardía...
que si tengo que crearte
a veces me gustaría
que no existieras hasta tanto
te creara en esta poesía!