Hoy... he gritado al mundo mis tormentos...
¡Cuántas veces me he intentado levantar de nuevo!
Esta noche... he sollozado tu nombre en mil silencios...
¡Cuántas veces he llorado por tus huesos!
Cuántas veces he sentido llevar el infierno dentro,
Muy dentro, tan dentro que me quema y me oprime,
Tan dentro que ya no sé muy bien lo que siento,
Tan adentro que mi amor por ti esa mano me calcine.
Cuántas veces me he olvidado de que eras mi sustento,
El apoyo diario a mi vida, mi báculo más necesario.
Cuántas veces, mi vida, en mi corazón te he llevado dentro,
Sintiendo que por ti moría y latía cada vez más lento.
Cuántas veces nos damos cuenta en tardío momento,
De que después del amor siempre llega el hundimiento.
Que el amor siempre acaba trayendo sufrimiento,
Siempre lo mismo “ya no te amo más” y morir ardiendo...
Ardiendo en un mar de lágrimas y abrazada a mi oscuridad.
Porque el verdadero infierno llega, cuando tus lágrimas son fuego,
Cuando quema tu rostro las frágiles muestras de certera soledad...
”Te Odio...” grito, elevando mi tono y ensalzando mi extinto ego.