Cuantas placidez encuentro en tu amistad,
se alegra mi alma al encontrar otro igual,
o sea con quien estar en sintonía casual.
Se armonizan y juegan, están en sus potestad.
Pueden, en ellos no influyen la distancia,
ni la debilidad de la carne en ellos impera,
pero yo ser como mi alma cuanto quisiera,
sin egoísmo e hipocresía absurda ni codicia.
Amiga mía, ¿porque ellos pueden y nosotros no?
acaso siempre seremos esclavo del entorno
que nos rodea, dejando de lado la felicidad.
Pues bien tu amistad me conmueve por completo.
En todo lo que me dice el corazón estoy dispuesto.
Se aceptan nuestras almas, vivamos esta realidad.