En ella encontré diferencia impecable
junto hallamos afinidad muy afable.
Los dos somos arcilla en los menesteres,
amoldándonos se forma nuestro quereres.
Tedio de otro tiempo ahora es azul cielo,
así vemos el amor y cuidamos con celos.
El corazón de mi amada no crea cao en nada,
la luz de amar en su alma está iluminada.
También la vi soñar todo sus antojos,
yo volé en sus sueños al cerrarse sus ojos.
Junto la fatídica carga de la vida no pesa,
el logro gozo, como cuando ella me besa.
En nuestra noche de amor no hay excusa,
su delirante juventud más aun impulsa.
Al vernos feliz, en nosotros la tarde muere,
y la madrugada amarnos más nos sugiere.
Ya estamos de manos por los bellos senderos,
nada tiene oculto este sentimiento austero.
Aprendimos todo sin anotar en el cuaderno,
la lección es simple, hablar y comprendernos.
Autor: Alcibíades Noceda Medina