En una esquina de mi recamara,
cuando siento ganas de llorar,
y cuando mi corazón me reclama,
que llegó la hora de olvidar.
Guardo las espinas en un baúl,
y comienzo a acomodar mis recuerdos,
plancho mi traje de príncipe azul,
y plasmo en un papel mis sentimientos.
Cuando siento que ya no puedo más,
me invento mi rincón de poesía,
si tengo el de lamentos en donde puedo gritar,
en este rincón le escribo a la que fue mía.
Siento que tengo toda la libertad,
atada a su antojo y me abandonó,
y si algún día vuelve la felicidad,
juro que también me iré a mi rincón.
Lo tengo lleno tantos lamentos,
de días felices y de los más tristes,
ese rincón lleno de sentimientos,
¡ay como añoro momentos felices!
Se que ya nunca volverá a ser mía,
y a la que venga la querré mucho más.
Mientras tanto en mi rincón de poesía,
me pongo a secar tantas y tantas, lágrimas.