Ahí estás, detrás de mí,
siempre cuidando a esta mujer.
Hoy mi ruego te implora,
volver a creer, no decaer.
Y aunque me veas así,
tan ausente y silenciosa,
no temas hablarme
estoy siempre, dispuesta a escucharte.
Ayúdame Dios mío,
es tan largo el camino,
las montañas se interponen
en nuestro destino,
quiero traspasarlas,
necesito llegar a la otra orilla,
y quiero... que sea en esta vida.
Aunque me veas así,
como ausente de todo,
hay fuerza y esperanzas,
en el interior de mi alma.
Necesito tomarte de la mano
para seguir,
y quedarme prendida en su mirada,
que mi amor es capas de darlo todo
atesorando tus palabras.
Elsa Fariña
09/03/04