Fatal quebranto

Tímidamente elevó sus ojos al cielo,
Como esperando una respuesta,
En su mente y en su corazón,
No había una explicación a tan crujiente dilema,
Talvez esperaba del creador una respuesta o talvez en sus congojas ya no había destino, ya no hallaba alivio para mitigar lo que en sus sentimientos percibía como un fatal quebranto, como ese aguijón que le inyectaba dolor y le arrancaba la razón.
Porque señor, dime porque he de pasar por esta pena si no he hecho más que adorar aquella silueta que antes me producía amor y alegría y solo me ha inducido al dolor y embrago profundamente en mi fatal quebranto.