Me sobra todo, es cierto, como tú bien lo dices.
Me sobra la nostalgia y el tedio y la tristeza.
A veces el cerebro me sobra y la cabeza
y en ella las orejas, los ojos, las narices.
Me sobran en el alma docientas cicatrices
de heridas que dejaron los años que se fueron.
Me sobran las ausencias de aquellos que murieron
con los que compartía mis ratos más felices.
Me sobra todo, es cierto, los labios y las cejas
las nuevas amarguras, las amarguras viejas;
pero algo hay que me falta. Me falta el corazón,
pues mientras tú lo tengas y no me lo regreses,
me sobrarán los años, me sobrarán los meses,
me sobrará la misma locura y la razón.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC