Cuanta amargura halló en el desprecio,
Y cuanto misterio encierra esta tristeza.
Trizan los sueños se consume hecho ceniza,
Desdeñado, se suelta tibio vuelve despacio.
Libido descuidado recurre otra vez con frenesí,
Busca sin hervor pero enfrenta al vendaval
Refugio tranquilo entres las marañas del nidal,
El aval aun en el deprecia estas flores carmesí.
Liso y llano busco empedernidamente, sin ego
En pie sin embuste ni reacio calmo y sosiego
Y cándido, ofrenda refresco con ascua de amor.
A pesar un tanto lánguido embate, con labios
Que no blasfeman, ni reprocha los resabios
Anhela los restos de las restas, amparo de honor.