Si el viento te recoge,
Y deja el asta donde habitas,
Deshabitada;
Vuelvo y traiciona al encuentro
Entre el bullicio en que habitamos,
Mientras los relojes no existían.
Si llega el silencio
Horadando lo cristales
De una ventana creada
Por mi puño en esta casa,
Pequeña casa callada...
Lanzo piedras al tejado
De la insaciable sed que me acompaña,
Cada noche,
Al creer dormirme.
Si vuelves callada,
Desnuda,
Nuevamente creada...
Por el camino sonoro,
En que divagan nuestras letras;
Latidos de un mundo irreal,
Larga esperanza premeditada...
Me vuelvo de espaladas a ese habitáculo.
Si sencillamente
Respiras,
Y se que lo haces,
En tu estancia, viniendo,
Sin retales de lamentos penosamente olvidados,
Y lo haces por esperarme,
O esperarte a que te espere...
Vivo,
Y con ello vuelvo,
Sin que sepas que jamás...
He creído que te has ido.
M.Orero (r)