Que tarde se ha hecho,
leí tù musa, y leía;
en mí pecho sentí deseos
y me preguntaba;
como hacer para sentir mio
lo que ese día me entregabas?;
como llevar flores al jardín?;
ese día cerraron todas mis heridas,
y tu pluma, puente de inspiración
quebro la mía,
no podía escribir lo que sentía;
un caudal de mil ilusiones
se posaron en mí mente
para llevarte Leyla,
un manojo de prosas bonitas
que pudieran leer tus ojos.
Hasta mí reloj paró,
para darte la bienvenida,
y escribirle a la amistad; a la que creyo, sin conocerme;
a la que me leyó y se prendío,
a la que estuvo conmigo, y se enamoró;
a la que se inspiró, y le agradó
lo que escribía,
por eso que hiciste tuyo
todo lo que yo escribía.