Amo la vida porque ella es mi esencia
mi debilidad para vencer los contratiempos,
amo la flor y en su capullo la permanencia
de la fragancia eterna que inmola sus intentos.
Amo a los seres que dejan todo por la causa
de sobrevivir perpetuos dentro de este mundo,
amo el amor porque por él se encauzan
la lágrimas del instinto, claro y profundo.
Amo lo imposible mas allá de la impotencia
de no poder cambiar los hilos del profeta,
amo lo conciente, lo racional y las vivencias
que los maestros dejaron y hoy son nuestras metas.
Amo el sol en el crepúsculo instantaneo
de un atardecer en el verde de mis sueños,
amo lo sencillo, lo nuestro y lo foraneo
el respeto por el otro, la marca de tu ensueño.
Y te amo a tí, mujer! en aquellas cosas
que dejaste florecer muy dentro mío,
como el aroma de savia que acarician tus rosas
cada vez que besas el dolor de mis olvidos.