Poemas, simples poemas,
palabras del corazón
transparentes, como el agua,
que me permiten leer
incluso "entre los renglones"
con ojos de la experiencia,
del alma y de la intuición.
No han sido en vano los años
que llevo ya de existencia,
con el transcurso del tiempo
se agudiza la conciencia
y se esclarece la razón
para percibir la esencia
y la más sutil intención,
casi con clarividencia.
Poemas, sólo poemas,
describiendo una ilusión
que prevalece en tus temas;
poemas que te retratan
y exponen tus sentimientos
con ternura y devoción.
Amiga: ¡quién fuera dueño
del sentir de tus poemas
y de tu exquisito sueño!
Son cuarenta y cuatro gemas
que adornan tu corazón
e iluminan la pasión
de tu espíritu risueño.-
Eduardo Ritter Bonilla.