En la mañana tranquila,
se despereza el sol
con su cara arrogante,
esperando un nuevo día.
Con el arrullo del pájaro
entonando cancioncillas,
con el trajín de tu fogón
!entre col y col una poesía!.
Para suavizar al corazón
!en tus arriates una melodía!,
la cal de tu enrejado balcón
clarea con el pausado vaivén
de tus pasos sugerentes,
para que lleguen sin demora
!las caricias matutinas!.
En el tiempo del reloj
vendrán las horas cansinas,
cuando despunta la tarde
y el cielo se torna rosa,
!del color de la lira!.
Será un beso en una boca
en una ventana florida,
cuando la niña con ilusión
deshoje la margarita.
Para llegar a la bella noche
pintando almohadas sentidas,
con lunas de ayer
!para volver otra vez a la vida!. campanilla