Pocas veces en la vida he tenido la dicha de presenciar con toda su inmensidad la pureza del amor.
Son esos momentos en los que no deseo estar con nadie más que no seas tú, y sé que a mi alrededor, aunque lleno de personas con una historia de vida diferente, soy la más feliz entre ellos, nadie está más agradecida con la vida que yo, por estar contigo, porque me siento viva, llena, plena, cerca del cielo.
Sé que vale la pena estar ahí, a tu lado y que nadie podría suplirte, pues de hacerlo supliría también la perfección del instante...
Aunque sé que son destellos de luz, aunque pareciera que duran sólo unos minutos, estoy convencida que son pequeños instantes en un mundo perfecto, y ellos, como instantes, efímeros y distantes, se quedan en el alma, viajan en el corazón y sobrepasan la razón.