Hay tantas cosas de Adán
que enervan a Eva
que el olor a guerra en la cabaña
se ha hecho insostenible.
Cada mañana Eva
lee su libro favorito
y le toca cocinar
el mamut que cazó Adán.
Adán, tirado en el sofá,
no entiende seis cosas de Eva:
Los rezos aprendidos,
los adjetivos,
los colores,
las macetas de la cocina
que no dejan espacio para el mamut,
las fotos de las aves del paraíso,
el arte.
La belleza.
Pero Adán sin entenderla
ve a Eva con su flor en el pelo,
sus treinta y dos orquillas
y sus pinturas de guerra
y está seguro de que es perfecta.
Eva, mientras, le insulta.
Usa argumentos refinados
que una vez leyó en el Cosmopolitan.
Se sacrifica por un necio
y por el bien de la Humanidad:
sus cinco hijos.
Y después de la pelea,
Adán se va a la cama,
porque a las cinco de la mañana
tiene que estar en la obra de la M30
para que siempre haya mamut fresco
junto a las flores de Eva.
Pero él da gracias cada día:
ella es bella...
...aunque no la entienda.